Se llama La Calle del Molino y queda justo al frente de lo que fuera el mítico bar Antifaz, antro de perdición, salsa y rock.
Lo que me llama la atención de este restaurante es que el menú incluye cerveza o vino entre las bebidas, sin cargo extra como es la norma en los demás restaurantes.
Es una opción refrescante y distinta al tradicional almuerzo del centro, aunque tampoco es tan barato, está apenas para ir y rodearse de un ambiente tranquilo en medio del caos citadino.
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