De los mismos creadores de la frijolada en Fuego Verde. Es sin duda uno de mis platos favoritos pues es consumido con sagrada religiosidad al menos una vez cada 15 dias, normalmente una cada 8, aunque me doy vacaciones por aquello de evitar la monotonía. El plato es sencillo: A una arepa antioqueña grande se le agrega mantequilla y queso, sobre esto descansa una carne asada tierna y al lado, justo al lado, un enorme platano con queso... qué más se le puede pedir a la vida? Ah claro, algo más balanceado... pero para eso acompañan esta delicia con ensalada, que no es la mejor del mundo pero hace sentir menos culpa por los carbohidratos ingeridos.
Ah y lo mejor es el precio. No debo recordar echarle bastante picante... o si?
No hay comentarios:
Publicar un comentario