jueves, 11 de marzo de 2010

San Marcos

Desde la universidad conozco esta famosa... panadería? pastelería? pastería? bueno lo que la hace famosa son sus pastas; digamos que es un restaurante de comidas rápidas donde se especializan en pasta.

Como pueden ver tiene bastantes años y no es raro que a la mención de San Marcos, gente que ronda los 60 años sepa lo mismo que la de 20... que es un lugar muy bueno para ir a comer.



Queda al frente del edificio Ugi, en la Calle 40 sobre la 13. A propósito, el Ugi es uno de los edificios más raros de Bogotá, pues fue construído de arriba hacia abajo... pero bueno, eso debe ser tema de otros blogs.

De la San Marcos me gustan tres platos especialmente: la polenta tradicional italiana que viene con un delicioso chorizo; la peperoncino, que es una exquisita pasta picante y los canelonis rellenos de ricotta (ver foto), que además traen espinaca y aunque suene poco llenador, la verdad es que siempre quedo bien. Si va con compañía aconsejo la combinación peperoncino + canelones ricotta, se balancean tan bien que parecen hechos el uno para el otro.



La tradicional visita a San Marcos suele ser: plato fuerte + pan de ajo + bebida. De bebida, hay bastante variedad como jugos, vino y gaseosa. Es tal vez de los pocos restaurantes donde pido Coca Cola, me parece que acompaña muy bien las pastas.

Las lasagnas son otro plato estrella, tal vez el más pedido, pero como que quedé anclado en los otros que ya describí, rara vez la solicito; eso si, visualmente sigue siendo muy atractiva. Ah y otro plato que he probado tal vez dos veces son los raviolis rellenos de salmón, toda una delicia apropiada para la Semana Santa.



Finalmente está el postre y como es pastelería tienen unos hojaldres muy buenos, mi favorito: el pastel gloria relleno de arequipe, casi siempre recién hecho y con la masita crocante y el arequipe abundante. Otro que pido con frecuencia es el alfajor de chocolate, único en su clase porque no lo he visto ni en Argentina, es tan bueno que rara vez hay porque se agota, asi que para propósitos de esta reseña, me decanté por el otro alfajor, que es más tradicional y que en cada mordisco me trae algunos recuerdos, no tan lejanos.

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