jueves, 29 de abril de 2010

La Hamburguesería

Si siguen este blog se habrán dado cuenta que la hamburguesa es un plato recurrente, sobretodo los viernes. Me atrevería a decir que la competencia en Bogotá ha hecho que vean la luz muy buenos prospectos en esta clase de comidas.

La hamburguesa para mi ya ha dejado de ser una comida rápida... a excepción de McDonalds, El Rodeo o tal vez El Corral (normalito) el estilo cada vez más aceptado es el de las hamburguesas que, a falta de otro calificativo, llamaré gourmet.

Uno de los restaurantes frecuentados tiene tal plato en su mismo nombre: La Hamburguesería; mezcla de preparaciones innovadoras, ambiente rock, interesante decoración y buen servicio. Me atrevería a decir que venir es más festivo que ir al más minimalista Corral Gourmet. De hecho, puede uno encontrar algún buen concierto en vivo tanto en la sede de Usaquén como en la del Parque de la 93. Yo, por razones de trabajo, voy a la de La Macarena, que es tan pequeña que mejor llegar bien temprano para no quedarse sin mesa.


(Una entrada? qué tal tahine, tabulé, bolas de falafel y pan árabe?)

Ahora bien, hincando el diente al asunto, debo decir que mi hamburguesa favorita acá es la Chapetona; hecha con carne de res a la parrilla, bastante jugosa y con la carne como me gusta, término medio. Trae deliciosas lonjas de jamón serrano, quesito doble crema semiderretido y aliolí (salsa hecha con aceite de oliva y ajo) goteando magníficamente y mojando partes del pan para hacer de cada mordisco una experiencia llena de sabores que se complementan admirablemente.



Como es usual en estos restaurantes, la cebolla, el tomate, los pepinillos y la lechuga vienen aparte y queda al gusto del cliente el mezclarlos con el resto o comerlos aparte. Al igual que en El Rodeo, la opción de acompañamiento es variada y normalmente me inclino por los papas criollas bien fritas o las papotas, que serán untadas de diversos complementos como el ají casero, chiles verdes en rodajas o uno que parece mermelada pero es también (deliciosamente) picante.

Y de tomar? nada como una cerveza para acompañar. Y acá es dónde La Hamburguesería también se destaca, tiene un amplio surtido de cervezas, incluyendo las artesanales de BBC. En mi caso, una rubia o una roja, bien heladas, hacen buen maridaje con la Chapetona.



Buen ambiente, precios no tan altos y un toque de originalidad invitan a visitar este restaurante con frecuencia y en buena compañía.

martes, 27 de abril de 2010

La Mulata

La comida cartagenera ha tenido últimamente bastante acogida en el resto del país... supongo que parte del auge es la contribución que hace Leonor Espinoza con su restaurante Leo Cocina y Cava, denominado por la revista Condé Naste Traveller como uno de los mejores del mundo y del cual espero algún día poder hacer su respectiva reseña.

Pero qué mejor forma de descubrir este tipo de cocina que yendo a su lugar de orígen? Obviamente harían falta muchos días para probar lo que Cartagena puede ofrecer y no hay tiempo de ir a todo pero con suerte y algo de búsqueda se pueden encontrar restaurantes bastante representativos.

Tuve la suerte de dar con La Mulata por recomendación de una amiga. Este restaurante, situado en la zona amurallada y sobre la calle Quero tiene un menú bastante interesante, mezcla de tradición y algo de fusión como ellos mismos se denominan.



El menú consta de 4 o 5 platos por cada día de la semana; asi que el lunes, día en que fui, había opciones como la carne en posta o róbalo con calamar. Cada plato viene acompañado de la sopa del dia, en este caso una exquisita sopa de lentejas, cuyo tamaño y sabor me dejó fascinado porque abre el apetito y prepara al comensal para atacar el plato fuerte.



Yo pedí carne a la posta, que tiene una reducción de panela (y en algunas versiones Kola Roman), además de clavos, lo que le da un sabor interesantísimo a la carne, que normalmente es punta de anca. Estaba adornada con ajonjolí e iba acompañada de unos deliciosos cascos de papa fritos, ensalada consistente en julianas de mango, lechuga y tomates con algo de vinagreta y una pirámide del infaltable y exquisito arroz con coco.

El pescado también estaba delicioso (que agradable cuando los compañeros de almuerzo le dejan a uno probar los platos). Noten la presentación... limpia y artística, un buen detalle a tener en cuenta.



Y claro, como esto es Colombia, nada mejor que acompañar el almuerzo con una bebida refrescante. En mi caso me incliné por la limonada de coco y vaya, que buena decisión, porque era generosa, dulce y deliciosa y en forma frappeada para calmar el calor que nos azotaba en este medio día.



Y después de tan apetitoso banquete, lo mejor fue el precio. En Bogotá rara vez se come tan bien y tan barato. La relación precio/calidad hace que este sea un lugar perfecto para almorzar bien y a diario aunque por lo que pude ver, es tan solicitado que si se llega un poco tarde tocará esperar a que haya una mesa disponible. Que agradables sorpresas las que tiene Cartagena.

jueves, 1 de abril de 2010

La Calle del Molino

Hay un lugar bonito cerca del Crepes de la Av Jimenez al que vamos con una amiga, tiene buen ambiente y el almuerzo normalmente es balanceado y delicioso. Es otro de esos sitios que busco cuando no tengo idea de dónde almorzar pero que tampoco quiero esforzarme decidiendo.

Se llama La Calle del Molino y queda justo al frente de lo que fuera el mítico bar Antifaz, antro de perdición, salsa y rock.

Lo que me llama la atención de este restaurante es que el menú incluye cerveza o vino entre las bebidas, sin cargo extra como es la norma en los demás restaurantes.


Es una opción refrescante y distinta al tradicional almuerzo del centro, aunque tampoco es tan barato, está apenas para ir y rodearse de un ambiente tranquilo en medio del caos citadino.