sábado, 30 de abril de 2011

Archie's es mucho más que pizza

La pizza; nada mejor para acompañar una cerveza o para pedir un domicilio un día que no se quiere salir de casa. Como les conté respecto a Karen's y 1969 la pizza es un plato que se ha venido sofisticando con el tiempo y de ser comida rápida ahora es también gourmet.
Tal vez la pizzeria que más frecuento es Archie's (pizzeria es un decir porque realmente son trattoria), que tiene varias sedes en Bogotá y viene a ser algo así como la opción número 2 cuando Crepes y Waffles es la primera en términos de popularidad.
Mi favorita: la Archie's que es de carnes
Sus pizzas siempre están bien hechas lo cual es a veces un poco desafortunado porque los demás platos de la carta terminan relegados, así que me dí a la noble tarea de descubrir qué más ofrece ese menú.
Descubrí por ejemplo que la sopa de tomate es sabrosa, con croutones y un poco de crema de leche para balancear la acidez. Y las pastas suelen ser deliciosas aunque si debo anotar que no son tan recargadas como uno quisiera.
Escalopines. Deliciosos hasta el último bocado.
Si hay algo muy característico de Archie's y que nunca paso por alto es esa entrada de cortesía que consiste en un pan, muy rico por cierto, acompañado de aceite de oliva y balsámico y que abre tan bien el apetito.
Otra cosa que nunca olvido es pedir el aceite picante de la casa, que incluso venden para llevar. Me gusta porque a diferencia de los picantes tradicionales, éste tiene efecto retardado permitiendo saborear la pizza y picarse a dos tiempos, raro no?
Finalmente están los postres, de los cuales me gusta el chocoflan, muy parecido al de Watakushi pero este último es mejor.
El espresso lo hacen con café Juan Valdéz, sabe bien pero no entra en mi lista de los mejores de Bogotá.
Así que si está desprogramado y no quiere ir otra vez a Crepes, Archie's es una buena alternativa. Sus precios son más altos que los de 1969 (promedio $18.000), pero su calidad es mucho mejor. Eso si, no espere rellenarse, los platos tienen el tamaño justo para quitar el hambre no para salir rodando.

sábado, 23 de abril de 2011

Crêperíe Le Bonaparte - A la caza del pato 3

Ya me había llamado la atención este restaurante cuando quedaba sobre la Jimenez pero lo trasladaron y le perdí el rastro hasta que me topé con él justo al lado de la Plaza de Bolívar.
Es atendido por su chef, Jacky Pinaut y desde que uno se sienta la atmósfera resulta agradable, me recuerda los cafés de París uh lá lá. Pero en serio, es bonito por dentro y me trajo realmente buenos recuerdos de la ciudad luz, con su decoración tan francesa que fácilmente narra uno la historia de ese país con mirar los cuadros.


Su carta es amplia y variada y tienen un plato especial que será mencionado por el chef mientras le queden y tuvimos la fortuna de que fuera el pato la selección del día pues no me lo esperaba acá y en la carta no aparece. Yo me pedí lo más francés que pude encontrar, un chateaubriand bordelaise y mientras esperábamos decidimos probar el paté de la casa, que estaba buenísimo.
Una vez consumido llegaron los platos fuertes; el mio estaba muy apetitoso y la salsa bordelesa le quedaba tan bien que me extraña no haber lamido el plato. Bueno, para eso es el pan.
El pato también estaba delicioso, como ya he explicado acá y acá, ese sabor es ganador y en Le Bonaparte no fue la excepción. Los platos venían acompañados con vegetales los cuales más que nada fueron los que me rememoraron París.
Para el postre pedimos crêpe suzette, el cual ya describí en otro post y aunque no era tan espectacular como el de Les Halles si estaba bien rico; lo flamean en la mesa y le hace honor al restaurante pues si pone en grandes letras crêperíe es por algo. El dulce sabor estaba apenas para el espresso, el cual me dejó gratamente sorprendido y entra en la lista de los mejores espressos de Bogotá.
No se aprecia bien pero está ardiendo en las deliciosas llamas del Gran Marnier
Por sus características es un restaurante al que vale la pena invitar a alguien y salir bien parado, tanto en atención como en sabores y los precios apropiados para su categoría (plato promedio a $28.000). Me pareció perfecto para viernes y otra excelente opción para evidenciar que el centro tiene mucho por mostrar aún.

sábado, 9 de abril de 2011

7.16 - A la caza de la carne de Kobe 1

Con los restaurantes "caros" siempre he encontrado relaciones de amor/odio. La gente que va y no salen las cosas como las piden no vuelve y hay gente que le va tan bien que se vuelven defensores a ultranza. A mi me gusta en este caso el terreno medio, le doy 2 o 3 oportunidades al mismo restaurante si me lo han recomendado y antes de recomendarlo prefiero haberlo visitado un par de veces.
Por eso no voy a recomendar ir a 7 16, porque solo he ido una vez, sin embargo si quiero destacar que soy de los que les fue bien visitándolo y prefiero hablar de él con los sabores aún frescos.
Encontramos este restaurante por casualidad porque íbamos para La Mar, también en Usaquén, y estaba repleto. No que fuera desconocido; mi hermana se emocionó al ver el discreto nombre en la puerta porque le habían hablado de 7 16 y tenía ganas de probarlo, como cada vez que viene y nos damos nuestro paseo gastronómico de rigor.
Su entrada aparece sencilla y sin embargo adentro la decoración y el ambiente fueron suficientes para antojarnos. Pedimos una botella de vino rosado que no fue la maravilla pero tampoco estaba malo.
Cumplidamente a los 15 minutos nos sentaron a la mesa y para empezar pedimos alcachofas a la parrilla y pulpo de entrada. Estaban deliciosos, aunque uno no sabe bien manejar eso de la alcachofa.
Mirando el menú me encontré con una sorpresa... tienen cortes de Kobe! Este plato, que es uno de los más comentados en los ambientes gastronómicos es tal vez una de las carnes más famosa del mundo. Como el caviar, muchos hablan de ella pero pocos los que la han probado y con razón, su precio suele ser alto porque a estas terneras japonesas las masajean y hasta les dan cerveza como alimento.
Con ganas pedimos la dichosa carne solo para enterarnos de que estaba agotada. Así que ya quedará para una próxima reseña porque prometo volver. Menos mal ya había pensado en el plan B y este era la punta de Anca argentina, la cual me pareció bastante generosa, jugosa... y deliciosa, termino medio perfecto como me gusta.
Para acompañar que tal un cremoso puré de papa criollas con trufa y ensalada?
Simplemente sabroso, pero cosa rara, me pudo el plato y tocó pedir cajita para llevar. (No, a mi no me da pena y menos con ese precio).
Para finalizar, entre los postres nos fuimos por el de pan, que estaba delicioso y me recordó mucho la torta de almojábana de Club Colombia.
Y claro, no puede faltar la búsqueda del espresso perfecto, esta vez de la casa Illy y que estaba rico contrastando perfectamente el sabor dulce del postre.
Actualizaré esta entrada cuando pruebe la bendita carne de Kobe y solo hasta entonces diré si recomiendo ir. Pero no por eso se lo vayan a perder. Salimos contentos de allí y en el rostro de los demás comensales me quedó la impresión de que estaban igual de contentos que yo.


Update: Volví y la carne sigue igual de deliciosa, mmm. Nada que le hago al Kobe pero ya vendrá la oportunidad.